QUIEN A BUEN ÁRBOL SE ARRIMA...

 

 

Quien a buen árbol se arrima...

 Por Rafael Fernández

Hoy las modas adelantan que es una barbaridad. Cada pocos años a mis vecinos les dejan de gustar sus baños o sus cocinas y los cambian; las obras de remodelación son frecuentes; Ikea lo favorece. No digamos, la estética de los coches. Sin embargo, hay una vieja moda que no cambia.

 

Los jardines de casi cualquier pueblo, ciudad pequeña o urbanización se siguen diseñando con los gustos de los indianos de hace más de un siglo: árboles de hoja perenne y preferiblemente exóticos. Es cierto que los árboles de gran porte dan un aspecto señorial a la mansión; pero hay un error, parece que de gusto rancio.

 

Los árboles de hoja caduca dejan pasar el sol en invierno, cuando lo deseas, y en verano ofrecen mejor sombra que los perennifolios. Evaporan más agua, humidifican más el ambiente. Además, son más autóctonos. ¿Qué árboles han muerto en nuestra urba? Fundamentalmente abetos, y pinos que por el riego han renunciado a echar raíces profundas, se inclinan y mueren. Junto a mi ventana se yergue una secuoya majestuosa, pero tiene indicios de enfermedad; no está en su hábitat. Y me quita el sol en invierno.

 

En estos tiempos en que el cambio climático apunta inexorablemente hacia episodios de más calor, deberíamos cuidar muy bien cómo rediseñamos nuestros jardines, dotándolos de abundantes árboles frondosos, que pueden crear un microclima favorable. Recordemos los humidificadores de la Expo 92; los árboles hacen algo parecido.

 

Para seleccionar los árboles, deberíamos considerar diversos aspectos; enunciaré alguno, con el atrevimiento de la ignorancia. (1) Su aclimatación; aquí es óptima la del negrillo y los olmos (que casi han desaparecido por la grafiosis); también los fresnos se dan bien; es bueno darse una vuelta por el parque del Arroyo de Pozuelo. (2) Su estética; yo favorecería la de los olmos, los tilos, los álamos y las acacias, pero esto es personal. (3) La copa, que da el tamaño de su sombra; en esto salen perdiendo los álamos y los chopos, y ganan las moreras, los olmos, los tilos, las acacias... (4) La basura que generan; es un aspecto muy desfavorable para las moreras, que es un frutal; aunque el cerezo no debe ser discriminado por ello. Posiblemente haya otros factores, como el precio y el mantenimiento que requiere cada especie, pero sobre esto no me pronuncio.

 

Para la selección deberíamos reunir a los vecinos interesados, confeccionar una tabla de doble entrada: las especies y las características a puntuar. Cada uno podríamos asignar nuestros propios coeficientes de ponderación, puntuar y sacar nuestras preferencias razonadas. Al final escogeríamos dos o tres especies para plantar de forma abundante en nuestros jardines.

 

Y, muy calladamente, yo plantaría también fuera de nuestra propiedad, en la franja de terreno que hay entre la acera de la calle Vía Láctea y nuestra piscina (terreno que una vez tuvimos la osadía de vallar como propio). Los árboles allí colocados no serían nuestros, pero nos favorecerían como si lo fueran, dando sombra sobre la piscina por la tarde.

 

 Rafael Fernández



Comentarios